La respuesta de los gobiernos a la crisis financiera consistió en un primer momento en dar un apoyo millonario a la banca y al sector financiero. Ello ha supuesto que el sector público haya asumido gran parte de las pérdidas, haya aumentado de manera importante su deuda pública, y haya reducido su capacidad de inversión productiva, lo cual ha dificultado enormemente la salida de la crisis. Y, mientras tanto, se nos vende como inevitable el recorte de las pensiones, del gasto social o de los derechos laborales.
Desde Izquierda-Ezkerra por lo tanto queremos abrir la perspectiva de una salida de la crisis favorable a la mayoría social trabajadora.
Presentamos una alternativa económica, pero también una alternativa política, social, cultural e ideológica; una alternativa para la movilización, la acumulación de fuerzas, la participación y la regeneración democrática.
El nuevo modelo que proponemos tiene un carácter eminentemente social y por ello es incompatible con el neoliberalismo. Nuestro objetivo inmediato es equilibrar mercado y Estado, situando la determinación económica en el interés general, la creación de empleo estable y de calidad y el desarrollo sostenible desde los puntos de vista humano, social y medioambiental.